RESIGNACIÓN O DESESPERACIÓN: AGARRARSE A LA
VIDA
¿Realmente, mi forma de pensar está influenciada por mi enfermedad? o
¿Son los años los que me han hecho ver la vida de esta manera? ¿Si no hubiera
tenido mi enfermedad, pensaría de otra manera? ¿Le debo a mi enfermedad lo que
soy ahora? ¿Sería más feliz o más distinta sin mi enfermedad? ¿Sería una
ciudadana esclava o liberta del consumismo? ¿Vería la vida desde otro punto de
vista? Y ese punto de vista que sería más o menos verídico y sería más o menos
feliz desde esa perspectiva de vida, lo que me hace pensar, ¿Ahora soy feliz?
¿Los barrotes invisibles me hacen ser feliz o me hacen ser más fuerte? ¿Y qué
es realmente la felicidad, estar a gusto consigo mismo y con las personas que
te rodean, los lujos, los vicios…? Como puede ser que una palabra tan bonita
pueda ser tan difícil de definir.
***
Sensibilidad química múltiple,
fibromialgia, síndrome de fatiga crónica, intolerancias alimenticias y
electrohipersensibilidad. ¿Qué son todas estas palabras? ¿Qué significan?
Voy a ser sincera, pues considero que la honestidad es un valor importante.
No sé cuando era más feliz si antes de conocer su significado o ahora.
Voy a ser sincera, pues considero que la honestidad es un valor importante.
No sé cuando era más feliz si antes de conocer su significado o ahora.
Hace años, caía enferma muy a menudo y
me consolaba diciéndome a mí misma que mi salud era débil. Y ahora que sé él
por qué, me alivio con la misma frase. Entonces, ¿de qué me vale saber el
significado de todas estas enfermedades? La respuesta es muy sencilla, para
llegar a conocerme a mí misma que no es tarea fácil.
Una vez dicho esto, llegó el momento de familiarizarse con mis cinco “amiguitas”.
- Sensibilidad química múltiple (SQM): ¿Quién sufre más con esta enfermedad, los familiares o yo misma? Se supone que la persona quien la padece, o sea yo.
Resulta que esta gran “amiga” no solamente tiene la habilidad de cambiar la vida del paciente sino que también influye en las personas que nos rodean. Por lo cual es una situación bastante incómoda y hay que saber sobrellevarla.
Una vez dicho esto, llegó el momento de familiarizarse con mis cinco “amiguitas”.
- Sensibilidad química múltiple (SQM): ¿Quién sufre más con esta enfermedad, los familiares o yo misma? Se supone que la persona quien la padece, o sea yo.
Resulta que esta gran “amiga” no solamente tiene la habilidad de cambiar la vida del paciente sino que también influye en las personas que nos rodean. Por lo cual es una situación bastante incómoda y hay que saber sobrellevarla.
La SQM ha hecho que mi vida dé un giro
de 360º. Los productos y actividades que antes eran cotidianos ahora se han
convertido en tóxicos y hay que acostumbrarse a la nueva e impuesta vida.
- Fibromialgia: recuerdo un
día en el colegio, que no fui a clase de Educación Física porque me dolían las
rodillas, y los médicos decían que era debido al crecimiento. Ahora ya no voy a
crecer más, y me siguen doliendo las rodillas y otras articulaciones.
Se suponía que al parar de crecer, los dolores cesarían pero no fue así. Ellas me enseñaron y enseñan a convivir con el dolor.
Se suponía que al parar de crecer, los dolores cesarían pero no fue así. Ellas me enseñaron y enseñan a convivir con el dolor.
- Síndrome de fatiga crónica:
su definición es muy sencilla, las mismas palabras lo dicen. Es como si mi
cuerpo tuviera una resaca continua, algunos días más acentuada y otros menos,
con la diferencia de no haber ingerido ninguna gota de alcohol.
- Intolerancias alimenticias, en mi caso concreto, intolerancia a la fructosa-sorbitol y alergias a los anisakis y la proteína de la leche.
No los considero un problema. Es una limitación más a mi lista.
- Intolerancias alimenticias, en mi caso concreto, intolerancia a la fructosa-sorbitol y alergias a los anisakis y la proteína de la leche.
No los considero un problema. Es una limitación más a mi lista.
Cuando las demás
enfermedades estaban camufladas y la intolerancia era la única diagnosticada,
podía salir a comer fuera de casa, algunas veces con buenos y otras con malos
resultados (dolor de estómago, convulsiones etc.)
- Y finalmente, electrohipersensibilidad:
supongo que conoceréis algún chiste de colmos. Pues bien, ¿cuál es el colmo de
una electrosensible? Que su pareja instale equipos de telefonía móvil. Esto no
es tan malo como parece, todos los conocimientos que sabe sobre las nuevas
tecnologías los aplica a mi favor. Y puedo afirmar aquel dicho de “en casa del
herrero cuchara de palo” pues en nuestro hogar la cobertura móvil es pésima.
Concluyendo, estoy enferma,
sí, es un hecho inevitable. Tengo 31 años pero mi energía no corresponde a mi
edad biológica sino a la de una persona mayor que yo.
Es muy difícil vivir así y
hay que ser muy fuerte para no caer en la desesperación.
Estoy enferma, sí, pero no
me considero tal, por eso lucho todos los días por hacer minúsculos esfuerzos y
así poder sobrellevar la enfermedad a mi manera y esperar que en un futuro todo
este esfuerzo obtenga su recompensa.
Fdo.
Maite Gómez Tarragona